Heather White
Donante en Vida
Mi hermano y mi hermana siempre han hecho bromas sobre que yo era la única hermana con los aburridos ojos marrones. Cuando mi padre empezó a tener problemas médicos, las bromas se convirtieron en que yo iba a tener que darle un riñón porque teníamos los mismos ojos marrones. Poco sabíamos que estábamos prediciendo el futuro. Alrededor de 5 años después de que papá empezara a tener problemas, nos dimos cuenta de que uno de sus riñones ya no funcionaba y el otro apenas hacía su trabajo. Nuestras bromas se habían hecho realidad. Por suerte, no sólo mis ojos marrones coincidían con él, sino también mi tipo de sangre. De los tres, yo era la única compatible, pero todos estábamos muy agradecidos. En menos de un año habíamos programado y completado nuestro trasplante. Estamos muy agradecidos al personal del Johns Hopkins, que hizo que el proceso fuera tan sencillo. Me siento muy afortunada de haber podido donar y ayudar a mi padre. Este es el segundo año que asistimos a la Carrera Familiar y estamos asombrados de las familias y las historias que se reúnen para este evento.